ENSAYO ICONOGRÁFICO
Dr. Agustín Arruti *
Está más que demostrado que la ecografía junto con la Resonancia Magnética son los métodos de elección, para el diagnóstico de las distintas neuropatías periféricas.
El objetivo de este ensayo iconográfico es mostrar a través de imágenes cómo es que la ecografía asiste al diagnóstico. Para ello se reúnen distintos casos interesantes por su claridad o calidad los que fueron obtenidos en nuestra práctica diaria con diferentes pacientes a lo largo de los últimos 5 años.
La importancia del tema radica en la relativa frecuencia de este tipo de patología y el grado de impacto que puede tener un estudio adecuadamente realizado para el paciente y el médico clínico o el cirujano.
It is more than demonstrated that the ultrasound and Magnetic Resonance are the methods of choice, for the diagnosis of the different peripheral neuropathies.
The objective of this iconographic essay is to show through images how ultrasound helps the diagnosis. We collected different interesting cases selected for their clarity or quality of the images, that were obtained in our daily practice with different patients over the last 5 years.
The importance of the topic lies in the relative frequency of this type of pathology and the impact that an correct ultrasound study could have.
Gracias a las sondas modernas de alta frecuencia y tecnología compacta, el ultrasonido es una modalidad de imagen aceptada y de uso frecuente en la valoración de los nervios periféricos. La mejora de estas sondas ha permitido el reconocimiento de estructuras anatómicas sutiles de igual manera o mejor aún que aquellas detectadas con el empleo de bovinas de superficie en la resonancia magnética.
También ha permitido la detección de un amplio rango de condiciones patológicas que afectan los nervios. Además de la disponibilidad de tecnología de última generación, el ultrasonido de los nervios requiere de un gran conocimiento de los detalles anatómicos y de la estrecha correlación entre los hallazgos Imagenológicos con la clínica del paciente así como también con los resultados de los estudios electrofisiológicos.
Teniendo esto en cuenta el ultrasonido provee estudios de imagen de bajo costo, no invasivos, rápidos y con algunas importantes ventajas sobre la resonancia magnética: mejor resolución espacial, habilidad de explorar largos segmentos de los troncos nerviosos en un único estudio, realizar estudios comparativos pormenorizados con el mapa anatómico contralateral y examinar tanto de manera estática como realizar estudios dinámicos en tiempo real. En la práctica diaria se emplea como uno de los primeros métodos de imagen para la valoración del paciente con lesiones del sistema muscular o las partes blandas de muchas de las regiones del aparato locomotor. En muchos casos realiza el diagnóstico de la patología por la cual el paciente consulta y en los restantes orientando el resto del algoritmo de estudio.
A pesar de ello no es una técnica muy difundida entre los médicos radiólogos y ecografistas de nuestro medio.
Se empleó para la valoración equipos de ultrasonido con sondas lineales de alta frecuencia (Toshiba Nemio, Esaote MyLab50, GE Logiq 9, Sonoescape S8 y Sonoscape S9).
Todos las imágenes aquí mostradas son de pacientes vistos en la consulta (Hospital de Clínicas, CASMU, consulta particular) por el autor en el periodo entre el año 2012 y el 2017. En todos ellos el primer estudio de imagen realizado fue la ecografía el cual realizó el diagnóstico.
En los casos de las neuropatías por atrapamiento (túnel del carpo, túnel cubital con inestabilidad y neuropatía del interóseo posterior) y neuropatía tumoral fueron operados con adecuada evolución. Los pacientes con neuropatía traumática y en el paciente con el hamartoma del mediano se realizó control y rehabilitación.
La apariencia ultrasonográfica de los nervios normales es relativamente uniforme, reflejando de buena forma su composición histológica. En planos en el eje corto, los nervios se ven por ultrasonido como estructuras en “panal de abeja” a manera de puntos hipoecogénicos incluidos en un fondo hiperecoico lo cual corresponde a los fascículos que corren longitudinalmente dentro del nervio y el fondo hiperecogénico se correlaciona con el epineuro interfascicular (Fig. 1).
Figura 1
Aspecto ecográfico de un nervio periferico- corte transversal
del nervio mediano en el antebrazo señalado entre
flechas amarillas. Se observa el aspecto típico en panal de
abeja en donde alternan pequeños puntos hipoecogénicos
rodeados por un fondo hiperecogénico.
En el eje largo los nervios típicamente asumen una apariencia elongada con múltiples líneas paralelas hipoecogénicas que corresponden a los fascículos neuronales que corren longitudinalmente dentro del nervio separados por bandas hiperecogénicas En un nervio individual el número y tamaño de los fascículos es variable dependiendo de la distancia desde el sitio de origen, de la cantidad de presión a la que el nervio se encuentra sometido y de la ocurrencia de divisiones nerviosas.
Normalmente el Doppler color y el Doppler
de potencia son incapaces de reconocer la
débil vascularización de bajo flujo presente
en el plexo perineural y las ramas intraneurales.
(1, 2, 3,4).
Una técnica cuidadosa basada en el conocimiento
de su localización precisa y el análisis
anatómico de sus relaciones con las estructuras
que los rodean es esencial para reconocer
los nervios periféricos por ultrasonido.
El principal plano para la exploración sistemática
es en el eje corto del nervio, el cual
se emplea para el seguimiento de los mismos
a lo largo de su recorrido en los miembros.
Los planos en el eje largo son menos efectivos
para este propósito debido a que los
fascículos elongados pueden ser fácilmente
confundidos con los ecos provenientes de los músculos y
los tendones en el mismo plano.
Una vez que es detectado el nervio debemos mantenerlo
en el centro de la imagen en el eje corto y a continuación
seguirlos proximal y distalmente moviendo la sonda hacia
arriba y abajo dependiendo de su curso. Con esta técnica,
a la que se le denomina “lift technique”, el examinador
es capaz de explorar largos segmentos del nervio de las
extremidades o miembros en pocos segundos.
Si se encuentran anormalidades extrínsecas o intrínsecas
durante la exploración, la misma se centra entonces en
el segmento de interés usando planos oblicuos y longitudinales.
A pesar de que la mayoría de los nervios pueden ser explorados
mediante ultrasonido con rapidez debido a su
situación superficial y a la ausencia de hueso interpuesto,
la misma no es posible en todas las regiones.
De hecho la exploración de casi todos los nervios craneales,
excepto el vago y el espinal accesorio, de las raíces
nerviosas provenientes de la columna torácica, lumbar y
sacra, las cadenas simpáticas y los nervios esplácnicos del
abdomen no pueden ser visualizados debido a su curso
muy profundo o a la interposición de estructuras óseas.
Como regla general, los nervios que trascurren entre estructuras
musculares hipoecogénicas son más fácilmente
identificables que aquellos rodeados por grasa hiperecogénica.
De manera similar un nervio de un paciente joven
físicamente activo es más fácilmente detectado que el
mismo nervio de un paciente con atrofia muscular.
En el miembro superior los más explorados en la práctica
diaria son el nervio radial (Fig. 2, 3, 4 y 5), el cubital (Fig. 2,
6 y 7) y el mediano (Fig. 2, 8 y 9), también es relativamente
frecuente la necesidad de explorar al plexo braquial tanto
a nivel del cuello como en la raíz del miembro superior
(ver publicación previa en Revista de Imagenologia del
Uruguay, EII, Vol. XV, Num. 1, Nov. 2011).
Figura 2
Esquema anatómico de los principales
nervios del miembro superior
Figura 3
Nervio radial
Serie de cortes axiales del nervio radial desde su
origen a nivel del hueco axilar hasta su bifurcación
en sus dos ramas terminales a nivel del codo. Se identifica
el mismo señalado por flechas amarillas y con
las letras NR. AH-arteria humeral, tríceps- músculo
tríceps, BA- músculo braquial anterior, CB- músculo
coraco braquial, BR- músculo braquiorradial. A- axila,
B- tercio proximal del brazo, C- tercio medio del
brazo, D- tercio distal del brazo, E- codo, las flechas
señalan las dos ramas terminales del nervio radial.
Figura 4
Nervio interóseo posterior
Serie de cortes axiales del nervio interóseo posterior,
desde su origen a nivel del codo como rama
terminal del nervio cubital hasta su terminación
en la cara posterior del antebrazo. Se identifica el
mismo señalado por flechas amarillas, supinador-
Músculo supinador, flechas azules- ambas cabezas
del supinador, flechas rojas- membrana interósea.
A- tercio proximal antebrazo previo al ingreso al
canal supinador, B- tercio proximal del antebrazo
en el canal supinador entre los dos haces del supinador,
C- tercio medio del antebrazo, localizado
entre el plano muscular
Figura 5
Nervio radial superficial
Cortes axiales del nervio radial superficial, desde
su origen a nivel del codo como rama terminal del nervio cubital hasta la zona distal
visible con el equipamiento empleado en tercio distal del antebrazo. Se identifica el
mismo señalado por flechas amarillas, localizado adyacente a la arteria radial (AR).
Figura 6
Nervio cubital
B- tercio medio del brazo,
C- tercio distal del brazo,
D- codo en canal epitrocleo-olecraneano,
E- codo- canal cubital,
F- tercio proximal antebrazo,
Figura 7
Nervio cubital
Serie de cortes axiales del nervio cubital desde su origen a nivel del hueco axilar hasta su terminación
a nivel del canal de Guyon. Se identifica el mismo señalado por flechas amarillas y
con las letras NC. AH-arteria humeral, PC- músculo prondador cuadrado, P- hueso pisciforme,
Línea roja- ligamento anular del carpo, Línea amarilla- túnel de Guyon, Flecha azul- Arteria
cubital-. A-tercio distal antebrazo, B- canal de Guyon.
Figura 8
Nervio mediano
Serie de cortes axiales del nervio mediano desde su origen a nivel del hueco axilar hasta el sector
distal del antebrazo previo a su ingreso al túnel del carpo. Se identifica el mismo señalado por
flechas amarillas y con la palabra mediano. AA-arteria axilar, VA- vena axilar, AH- arteria humeral,
VH- vena humeral, VB- vena basilar, AC- ateria cubital, VC- vena cubital, BA- músculo braquial anterior,
PR- músculo pronador cuadrado, FS- músculo flexos superficial, FP- músculo flexor profundo,
PC- músculo pronador cuadrado. A- axila, se identifica el nervio superfical a la arteria axilar, B- tercio
medio del brazo en canal bicipital medial, lateral a la arteria humeral, C- codo, medial al tendón
distal del bíceps braquial y a la arteria humeral luego de cruzarla, superficial al músculo braquial
anterior, D-antebrazo sector cefálico, entre las dos cabezas del pronador redondo, E- tercio medio
del antebrazo, entre los músculos flexor superficial y profundo F- tercio distal antebrazo, superficial
al pronador cuadrado.
Figura 9
Nervio mediano
Cortes axiales en el nivel del túnel del carpo, se identifica al nervio mediano
dentro de la elipse amarilla. A- Túnel proximal, al nivel del hueso pisciforme
(P), B- Túnel distal, entre el túberculo del trapecio (TT) y el gancho del hueso
ganchoso (GG). AC- Arteria cubital, NC- Nervio cubital, Línea azul- ligamento
anular del carpo.
Dada las características ultrasonográficas normales de los nervios, algunas variantes anatómicas pueden ser reconocidas por este método. Entre ellas la bifurcación proximal del mediano en el puño es una de las más frecuentes. De manera similar algunas anomalías heredables y del desarrollo del sistema nervioso periférico, como el agrandamiento fusiforme del nervio mediano por tejido fibroadiposo (denominado hamartoma fibrolipomatoso (Fig.10), la hipertrofia de los nervios en el síndrome de Charcot-Marie-Tooth y el aumento de los nervios en la neuropatía hereditaria secundaria a parálisis por compresiones pueden ser reconocidas por ultrasonido. En estas enfermedades, los hallazgos ultrasonográficos pueden contribuir a la comprensión de la fisiopatología demostrando de forma no invasiva algunos hallazgos morfológicos de interés (1).
Figura 10
Hamartoma fibrolipomatoso del nervio
mediano
A y B, cortes transversales en antebrazo y puño,
las flechas azules señalan al nervio mediano aumentado
de tamaño con fascículos engrosados.
C- Corte longitudinal con hallazgos similares en
plano longitudinal del nervio (flechas azules).
El estudio dinámico por ultrasonido en el codo puede ser empleado para demostrar
una dislocación anormal del nervio cubital, esto puede o no estar asociado al
síndrome de chasquido del tríceps. Este hallazgo típicamente ocurre en el túnel
cubital, el cual es un conducto osteofibroso formado por la gotera localizada entre
el olecranon y el epicóndilo medial la cual se encuentra cerrada por el retináculo
de Osborn.
En la ausencia congénita parcial o completa del retináculo del túnel cubital, el
nervio cubital puede subluxarse por sobre la punta del epicóndilo o dislocarse
anteriormente a ella lo cual se acompaña de una sensación momentánea de
chasquido durante la flexión del codo.
La inestabilidad del nervio cubital en el túnel homónimo puede considerarse una
variante normal lo cual fue reportado entre un 16% y 47% de pacientes asintomáticos
sanos, siendo en estos casos la subluxación su forma más común. Sin embargo,
en ocasiones el micro traumatismo crónico del nervio sobre el epicóndilo medial
debido a la dislocación repetitiva puede asociarse con síntomas y signos de una
disfunción del nervio cubital. En estos casos la inestabilidad del nervio debería de
ser tratada con trasposición quirúrgica para evitar daños serios.
La exploración ultrasonográfica dinámica es el método ideal para detectar la inestabilidad
del nervio cubital durante la flexión progresiva del codo, para reconocer las
anormalidades en el nervio debidas a la neuritis por fricción como para establecer
si la neuropatía cubital es producida por causas compresivas o por inestabilidad
debido a que la clínica muchas veces no puede hacerlo (Fig. 11). (1,2,4,5,6)
Figura 11
Inestabilidad del nervio cubital
A- Corte transversal comparativo en el túnel epitrocleo-olecraneano con el codo en
extensión: se observa el nervio cubital (flechas amarillas) a izquierda se encuentra engrosado
e hipoecogénico con pérdida del patrón fascícular habitual lo cual es compatible
con signos de neuropatía. B-Corte transversal comparativo en el túnel epitrocleo-olecraneano
con el codo en flexión: se observa como el nervio cubital (flechas amarillas)
a izquierda tiende a subluxarse, mientras que a derecha tiene una situación normal.
C-Corte longitudinal sobre el nervio cubital (flechas amarillas) izquierdo, se demuestra
la transición entre el patrón nervioso normal en brazo (recuadro color azul) y el patrón
nervioso neuropático en codo (recuadro color rojo). EM- Epitroclea medial, Flecha
roja- Canal epitrocleo olecraneano, Asterisco- músculo tríceps.
Desde un punto de vista fisiopatológico la compresión nerviosa puede desarrollarse de modo
agudo o crónico. Los períodos cortos de compresión resultan en un enlentecimiento y falla
de la conducción a lo largo del punto de constricción, mientras que los sectores distales a ella
del nervio conservan una función normal.
Si la compresión local es prolongada se induce isquemia por la compresión directa severa, lo
cual determina una distorsión de la arquitectura del nervio y genera un daño en la vaina de
mielina y degeneración axonal (degeneración Walleriana) de las fibras nerviosas. Esto determina
un déficit persistente debido a la disrupción del axoplasma luego de que la compresión
es liberada. Los nervios comprimidos en forma crónica son típicamente finos en el sito de la
compresión (con una reducción en el número de fibras mielinizadas) y se encuentran engrosados
proximalmente al sito de compresión.
El compromiso nervioso de causa extrínseca puede ocurrir en cualquier parte del organismo.
Sin embargo es más frecuente en aquellos sitios donde el nervio pasa en túneles osteofibrosos
inextensibles o debajo de una banda muscular, tejido conectivo u óseo anormal o prominente,
en estos casos se denominan síndromes por atrapamiento.
En los síndromes de atrapamiento nervioso el ultrasonido puede demostrar cambios tanto en
la forma como en la ecoestructura de los nervios, siendo los más comunes un aplastamiento
súbito (signo de la muesca) con una reducción focal en el área seccional del nervio en el punto
de la compresión y engrosamiento del mismo proximal al nivel de la compresión. Como hallazgo
accesorio la exploración dinámica puede demostrar una reducción de la movilidad del
nervio sobre la masa o debajo del retináculo. Otro elemento presente es la disminución de la
ecogenicidad del nervio en la zona neuropática con pérdida del patrón fascícular al nivel de
la compresión y proximal a la misma. Generalmente los cambios de la ecogenicidad ocurren
de modo gradual y son más severos a medida que el nervio se aproxima al sitio de la compresión.
Derivan del edema individual de cada fascículo y disminución de la ecogenicidad del
epineuro. Los más frecuentes en miembros superiores son, carpo (Fig. 12 A y B), el del túnel
cubital (Fig. 11) y el síndrome interóseo posterior (Fig.13 A y B) (1, 2, 4, 5,14).
Figura 12 a
Síndrome del túnel carpiano bilateral
Se observa dos cortes comparativos bilaterales del nervio mediano (trazo verde) en su eje corto
o transversal en la zona proximal del túnel. Se identifica en ambas imágenes un aumento del
área esperada del nervio, el cual se encuentra hipoecogénico y ha perdido el patrón fascícular
habitual. Trazo rojo- Tendones flexores, Flecha azul- Arteria cubital, HC- huesos del carpo.
Figura 12 b
Síndrome del túnel carpiano
Se observan dos cortes longitudinales sobre el nervio mediano los cuales demuestran
el signo de la muesca. En ambas imágenes, el corte es en la zona del nervio mediano
inmediatamente proximal al ingreso al túnel (flechas rojas) donde el nervio se
encuentra engrosado e hipoecogénico y en la zona del túnel propiamente (flechas
azules) donde el nervio se encuentra achatado y comprimido. Se observa el cambio
de calibre brusco o signo de la muesca (flecha amarilla) tanto en el ingreso al túnel
como en la salida del mismo.
Figura 13 a
Síndrome interóseo posterior
Corte ultrasonográfico longitudinal del nervio interóseo normal- Se identifica en ambas
imágenes el nervio (flechas verdes) como una estructura con forma de cuerda fina,
con calibre uniforme cruzando el nivel de la articulación del codo e introduciendose
entre ambos vientres del músculo supinador (SUP.)
Figura 13 b
Síndrome Interóseo Posterior
Corte ultrasonografico longitudinal del nervio afectado (flechas verdes)- A- Se observa
la transición entre el sector cefálico sano del nervio y la zona caudal neuropática. BSe
identifica una compresión focal en el nivel de la acrada fibrosa cuando el nervio
entra al espacio graso localizado entre ambas cabezas del supinador (Recuadro azul).
Las lesiones traumáticas de los nervios periféricos son comunes.
Según la literatura existe una lesión relevante de los
nervios periféricos en un 2-3% de los pacientes admitidos
por trauma nivel I en centros especializados. Si se incluye
la lesión de plexos y raíces este porcentaje sube a 5%. Este
tipo de lesiones constituyen un problema social mayor
debido a que la recuperación es usualmente incompleta
lo cual resulta en una alteración crónica habitualmente en
pacientes jóvenes que son los más afectados.
El tratamiento precoz y adecuado es la única chance de
mejorar el desenlace y por ello un examen exacto y precoz
es obligatorio si se sospecha una lesión traumática.
Las neuropatías traumáticas generalmente derivan de
lesiones por tracción, contusión o heridas penetrantes
que derivan de traumatismos.
Existen diferentes tipos de clasificaciones de las lesiones
traumáticas. Unas de las más empleadas son aquellas
desarrolladas por Seddon y Sunderland.
Seddon divide las lesiones nerviosas según su severidad
en tres grandes categorías: neuroapraxia, axonotmesis y
neurotmesis. Neuroapraxia, es el tipo más leve de lesión,
en la cual el nervio mantiene la continuidad y determina
una pérdida funcional transitoria. La axonotmesis ocurre
cuando existe una interrupción completa de los axones
del nervio y la mielina que los rodea, mientras que la
estructura mesenquimatosa que incluye el peri y epineuro,
esta respetada. Las perspectivas de recuperación
son excelentes en este tipo de lesiones debido a que el
mesénquima respetado provee un camino y una guía para
la regeneración de los axones y la reinervación del órgano
blanco. La neuronotmesis implica la desconexión del
nervio, la pérdida funcional es completa y la recuperación
sin cirugía generalmente no ocurre debido a la formación
de una cicatriz.
La clasificación propuesta por Sudderland divide estas
tres categorías de Seddon en 5 también según la severidad
de la lesión. La lesión de primer grado corresponde
con la neuroapraxia descrita por Seddon mientras que la
de segundo grado se corresponde con la axonotmesis.
Las lesiones de tercer grado ocurren cuando existe una
disrupción axonal (axonotmesis) asociada con una lesión
parcial del endoneuro, dependiendo de la extensión de
la lesión endoneural la recuperación funcional puede ser
posible. Sudderland divide la neuronotmesis de Seddon en
dos categorías, la lesión grado cuatro se da cuando todas
las porciones del nervio están rotas excepto el epineuro,
la recuperación no es posible sin reparación quirúrgica.
Las lesiones de quinto grado corresponden a una sección
completa del nervio.
El ultrasonido es un método adecuado para la valoración
de este tipo de pacientes y su correcto tratamiento. La
ecografía tiene un papel complementario para confirmar
el diagnóstico clínico y valorar con exactitud el sitio preciso
de la lesión nerviosa.
En los desgarros completos la continuidad del nervio se ve
interrumpida por un área hipoecogénica irregular entre
los dos extremos del nervio seccionado, que se deba a
la presencia de un hematoma y más delante de fibro-esclerosis.
Por lo general, la presión local producida con la
sonda sobre la zona de la lesión desencadena dolo intenso
(signo de Tinel ecográfico). La apariencia ecográfica de
los desgarros parciales puede diferir según el tamaño
del nervio. En los nervios pequeños, como los ramos
de división del nervio cubital y del radial, los desgarros
parciales se observan como tumefacciones fusiformes con
cambios hipoecogénicos de la ecoestructura ecográfica
(neuromas fusiformes), sin defectos de la continuidad
del nervio. En los nervios grandes, como el mediano y el
cubital, los desgarros parciales se visualizan mejor en los
planos transversales, que muestran la interrupción completa
de algunos fascículos, mientras que otros mantienen
su apariencia normal. Con los transductores de muy alta
frecuencia, la exploración ecográfica meticulosa en los
planos transversales puede estipular el porcentaje de
fascículos afectados. En la mayoría de los casos se puede
estimar el grado de afectación fascícular de modo fiable;
por ejemplo, menos o más del 50% de los fascículos.
(1,4,10,11,12,13)
En el miembro superior predominan sobre el plexo
braquial aunque pueden afectar otros troncos nerviosos
como el mediano, radial o cubital. Estas últimas son generalmente
secundarias a fracturas, lesiones penetrantes
o iatrogénicas. (Fig. 14).
Figura 14 a y b
Lesión traumática del plexo braquial luego de accidente en moto.
A y B- cortes comparativos transversales al plexo braquial al nivel del espacio interescalénico
(A-derecho patológico y B-izquierdo sano), se demuestra la asimetría de las estructuras del plexo.
RS- tronco superior, RM-tronco medio, RI-tronco inferior, EP- músculo escaleno anterior, EAM-músculos
escalenos medio y anterior.
Figura 14 c y d
Lesión traumática del plexo braquial luego de accidente en moto.
C y D- cortes comparativos longitudinales sobre el tronco medio del plexo braquial (C- izquierdo
sano y D- derecho patológico), se demuestra la asimetría de la raíz media del plexo, la cual se demuestra
en un corte longitudinal comparativo (señalada entre calipers amarillos). La flecha blanca
en D señala un fragmento óseo desplazado debido a una fractura del proceso transverso vertebral
que generaba conflicto con la raíz.
Figura 14 e, f, g y h
Lesión traumática del plexo braquial luego de accidente en moto.
EyF-Cortes comparativos a nivel de cara anterior de brazo derecho o afectado (E) y brazo izquierdo
o sano (F), en donde se identifica la clara asimetría en el volumen y ecogenicidad de los planos
musculares (flechas azules) en relación a cambios por atrofia. H- diáfisis humeral. GyH- Cortes
comparativos a nivel de la cara anterior del antebrazo derecho o afectado (H) e izquierdo o sano
(G), demuestra hallazgos similares. R- Diafisis radio, C- Diafisis cubito.
Los tumores de los nervios periféricos incluyen: lesiones
benignas representadas por el schwanoma o neurilemoma
y los neurofibromas y lesiones malignas las que frecuentemente
derivan de la transformación sarcomatosa de los
neurofibromas. Además de ellos algunas otras lesiones
menos frecuentes pueden desarrollarse dentro de los
nervios disecando los fascículos y expandiéndose dentro
del tejido de los nervios, entre ellas mencionaremos los
hemangiomas, linfomas y quistes o gangliones. Además los
nervios pueden ser englobados por tumores de las partes
blandas adyacentes.
Los tumores de la vaina derivan de las células de Schwann.
Los mismos se presentan como lesiones sólidas e hipoecogénicas
las cuales se encuentran en continuidad directa
con los nervios a través de sus dos polos, proximal y distal.
Esto si bien ayuda al diagnóstico debe ser valorado con
mucho cuidado ya que en ocasiones el nervio puede estar
deformado y distorsionado en la zona de unión, inclusive
en algunos casos esto puede no ser demostrable, como por
ejemplo en los casos de un tumor en un nervio pequeño
monofascícular (Fig. 15 y 16).
Ellos generalmente son hipoecogénicos y homogéneos,
presentan refuerzo acústico posterior y un patrón hipervascular
al valorarlos con el Doppler color y el Doppler de
potencia (Fig. 15). Ocasionalmente se pueden reconocer
áreas quísticas intratumorales debidas a una acumulación
de matriz mixoide (schwanomas quísticos) y también
pueden detectarse calcificaciones (Fig. 16).
La diferenciación entre un schwanoma quístico y un
ganglión intraneural puede ser realizada por la típica
localización de éstos últimos.
También puede identificarse una alteración del nervio en
el sector proximal al tumor, en donde frecuentemente se
observa una pérdida del patrón fascícular, hipoecogénicidad
y engrosamiento, esto en parte puede deberse al
menos en parte una infiltración del nervio por células
neoplásicas y no ocurre en el nervio en el sector distal
al tumor.
Los schwanomas también pueden originarse de un único
fascículo del nervio, el cual aparece difusamente engrosado
aún a distancia del tumor, mientras que el resto de
los fascículos se encuentran desplazados por la masa pero
sin afectación en su tamaño y ecoestructura.
A diferencia de los schwanomas, los neurofibromas están
íntimamente relacionados al nervio que los origina, se
desarrollan de forma fusiforme más que globulosa, con
el nervio ingresando y saliendo de la masa.
Desde un punto de vista histopatológico, están compuestos
por una mezcla de diferentes tipos celulares, la
que predomina tiene las características de las células peri
neurales.
A medida que las células del neurofirboma proliferan crecen
en el epineuro hacia los tejidos blandos que lo rodean.
Los neurofibromas pueden clasificarse en tres formas:
localizados, difusos y plexiformes (asociados a la neurofibromatosis
tipo I).
La variedad localizada es la más frecuente representando
aproximadamente el 90% de los casos.
Frecuentemente puede encontrarse el signo de la diana
formado por una región central sutilmente hiperecogénica
dentro de la masa hipoecoica, lo cual refleja un foco
central fibrótico rodeada de tejido mixomatoso.
Los neurofibromas son menos vascularizados que los
schwanomas al valoralos con el Doppler color y el de
amplitud.
A diferencia de los neurofibromas localizados, los difusos y
plexiformes afectan frecuentemente la piel y el tejido subcutáneo
y se presentan como una elevación en forma de
placa en la piel con engrosamiento del tejido subcutáneo.
En relación a los tumores malignos de los nervios periféricos,
los únicos hallazgos que pueden hacer sospechar es
un aumento del volumen tumoral repentino en un tumor
previamente estable y la presencia de márgenes no definidos
o la adhesión de la masa con los tejidos circundantes.
A pesar de sus diferencias el ultrasonido no puede diferenciar
entre un schwanoma un neurofibroma o un tumor
maligno de los nervios periféricos.
El ultrasonido puede contribuir a la valoración preoperatoria
de la extensión de la lesión definiendo las relaciones
entre el tumor y las estructuras neurovasculares adyacentes
y los músculos circundantes y también al ayudar a la
planificación quirúrgica.
Desde el punto de vista quirúrgico los schwanomas pueden
ser extirpados preservando la continuidad del nervio.
Luego en el postoperatorio frecuentemente se encuentra
un engrosamiento residual hipoecogénico en la zona de
la resección tumoral y esto debe ser considerado como un
hallazgo normal. La recurrencia no es frecuente.
Por el contrario la resección quirúrgica de los neurofibromas
compromete el nervio de origen debido a que la masa
no puede ser separada de los fascículos nerviosos, por lo
que se requiere la confección de un puente con nervio
injertado para preservar o restituir la función nerviosa.
La neurofibromatosis tipo 1 (enfermedad de Von Recklinghausen),
un condición hereditaria autosómica dominante
relativamente común relacionada con la alteración de un
gen del cromosoma 17, se presenta con la tríada clínica
característica de lesiones cutáneas (manchas café con
leche), deformaciones esqueléticas (escoliosis) y retraso
mental. En estos casos ocurre una afectación difusa en
nervios superficiales y profundos con neurofibromas de
tipo localizados, plexiformes y difusos.
En la neurofibromatosis los neurofibromas localizados
generalmente involucran los nervios superficiales de la
dermis y el subcutáneo, cuando son pedunculados se
denominan “fibroma molluscum”. En la neurofibromatosis
plexiforme, se generan innumerables neurofibromas de
los fascículos de un nervio grueso el cual es típicamente
afectado en un largo trayecto en conjunto con sus ramas
originando lo que se denomina apariencia en “saco de
gusanos”. Esto puede asociarse a un aumento del tamaño
de las extremidades lo cual se denomina elefantitis
neurofibromatosa.
Los neurofibromas plexiformes son indistinguibles por
ultrasonido de los más raros schwanomas plexiformes los
cuales se dan en niños y adultos jóvenes, estos últimos no
están asociados a neurofibromatosis tipo 1 y no presentan
riesgo de malignización.
(1, 4, 5)
Figura 15
Tumor del nervio cubital a nivel del hueco axilar derecho.
A- SE observa un corte longitudinal del nervio cubital en donde se identifica una lesión sólida,
expansiva, fusiforme (marcada entre calipers), la cual se encuentra en continuidad con el nervio
cubital (flechas blancas abiertas). B- Corte transversal del mismo paciente en donde se identifica
un área quística dentro del tumor, más frecuente en los schwanomas (flecha roja), Flecha amarillaarteria
axilar. C- Con el empleo del Doppler de potencia se observa como el tumor se encuentra
levemente vascularizado.
Figura 16
Tumor del nervio radial a nivel del brazo derecho.
A- Se observa un corte longitudinal del nervio radial proximal a la lesión (flechas blancas
abiertas), se observa como el mismo se encuentra levemente engrosado y como se continúa
con la masa en estudio (flecha amarilla). B- Corte transversal del mismo paciente en donde
se identifica un tumor homogéneo ligeramente hipoecogénico y bien delimitado de los
planos musculares adyacentes (flechas blancas abiertas).
Como hemos demostrado a través de la presentación de estos casos, la ecografía tiene un rol muy
importante en el diagnóstico de este tipo de patologías. Personalmente he visto en estos años
como la frecuencia con la que se solicitan estos estudios ha aumentado sustancialmente. También
he comprobado como un estudio bien realizado es fundamental para la planificación quirúrgica
correcta. Para ello debemos tener un gran conocimiento de la anatomía normal y la anatomía
ecográfica de los distintos nervios, sus variantes anatómicas más frecuentes y las distintas patologías
con las cuales podemos enfrentarnos en nuestra práctica diaria.
En estos tiempos donde existe un auge de la ecografía focalizada y donde cada día más el clínico
emplea el ecógrafo como auxilio en su consulta, debemos como especialistas en Imagenología
tener un manejo pormenorizado para continuar siendo referentes también en esta área de la
Imagenología.
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* Prof. Adj. Cátedra de Imagenología